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Tienes pie pronador o supinador

En Zapatos Ecco Shoes sabemos que la forma de tu pie algunas veces puede causarte incomodidades al caminar. Un gran porcentaje de las personas no tiene la menor idea cuando sufre de pie pronador o supinador, lo cual sin asesoría, a la larga puede convertirse en un problema muy serio. Conoce todo sobre este fenómeno y aprende cómo cuidar tu anatomía en cada caso específico con las recomendaciones y consejos que te daremos a continuación.

La pronación del pie

Los casos de pie pronador son mucho más común que los supinadores. Sucede cuando el equilibrio del cuerpo se ve afectado por una irregularidad en la que el tobillo se inclina hacia adentro, algunas veces levemente y otras de forma muy severa. De cualquier manera, esta ligera deformación tiene consecuencias terribles en nuestro cuerpo. Algunas personas nacen con ella, pero otras veces es causada por ganancia de peso, trabajar de pie por mucho tiempo, ejercicio intenso o simplemente por la edad.

La manera más fácil de saber si tienes un pie pronador o supinador es observando las suelas de tus zapatos: si el lado interno del mismo está desgastado, esto puede significar que muy probablemente hay una pronación. Esto se debe tratar lo más pronto posible, ya que puede afectar negativamente toda la alineación del cuerpo. Como el arco longitudinal queda más bajo, el hueso del talón se inclina y causa la rotación hacia dentro de los huesos de la pierna y muslos, y una inclinación de la pelvis hacia afuera.

Consecuencias de un pie pronador

Las condiciones comunes de quienes viven con este pequeño defecto son fascitis plantar, inflamación, dolor en el metatarso, problemas con el tendón de Aquiles, dolor en la parte interna de la rodilla y bursitis en la cadera. La mejor manera de combatir esta incómoda situación es utilizando plantillas para zapatos personalizadas de forma ortopédica. También debes tener en cuenta el calzado adecuado para tu tipo de pie, pero generalmente esta simple medida te servirá de mucho.

La supinación del pie

Un pie supinador realmente es bastante común, ya que esta inclinación ayuda a propulsar el cuerpo hacia adelante cuando caminamos, corremos o trotamos. El problema está cuando ocurre en exceso, por mucho tiempo, en momentos inadecuados o cuando el pie ya no puede controlar el movimiento hacia afuera del tobillo.

Es un error asumir que tienes un pie supinador si tus arcos son altos, eso es algo que no tiene nada que ver. La rigidez del mismo o lesiones anteriores en el tobillo son factores importantes para determinar esta afección, e incluso pudieras tenerla en un lado más que en el otro. Se puede detectar viendo el desgaste de tus suelas: si es mayor en el lado exterior, hay probabilidad de que tu anatomía tenga un ligero desperfecto. Lo mejor es consultar a un profesional acerca del tema para salir completamente de dudas.

Consecuencias de un pie supinador

Tener esta condición incrementa tu riesgo de lesión al disminuir la absorción de shock y reducir tu eficiencia biomecánica. El impacto agota los músculos y tendones de las piernas, caderas y espalda, la alineación general del cuerpo se ve afectada ya que el hueso del talón, los de las piernas, los muslos y las caderas se ven obligados a rotar hacia afuera, causando que la pelvis se incline hacia el interior.

Los tobillos pierden su resistencia y por lo tanto aumenta el riesgo de esguinces, problemas en las rodillas o daño a los ligamentos. Adicionalmente, las fracturas causadas por estrés, daño en las canillas, dolor en la espalda y aumento en la pronación del metatarso también son elementos asociados. Si tu pie es muy supinador, no te preocupes, hay maneras de suprimir el daño. Incrementa la absorción de shock y la estabilización del tobillo utilizando zapatos saludables.

Opta por calzado flexible y, si vas a correr, evita los zapatos especializados en estabilidad o control de movimiento. Recurre a un profesional por plantillas personalizadas a la medida que te permitan mantener tus pies sanos, en posición neutral y ayudarles a funcionar correctamente para que tengas una vida más saludable.

Una buena manera de averiguar si tienes pie pronador o supinador es colocarte de pie, con tu espalda frente a un espejo y pedirle a alguien que vea si tus tobillos se inclinan hacia dentro o hacia afuera. Observa las suelas de tus zapatos para detallar de qué manera se han desgastado y coméntanos, ¿crees que tienes algunas de estas condiciones? Si te ha gustado este artículo siéntete libre de compartirlo en tus redes sociales.


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